Crónicas Pretéritas
Por Donacio Cejas Padrón
EL CULTIVO DEL DURAZNO EN FRONTERA
A PUNTO DE DESAPARECER.
Entre las estampas que más recuerdo de mi niñez, está sin duda la etapa de recolección de los duraznos en todo El Valle de El Golfo, desde La Frontera hasta Los Llanillos, precisamente era en esta época cuando los vecinos acudían los jueves y domingos a sus fincas para recoger los duraznos y llevarlos a los exportadores, casi siempre las tiendas de ultramarinos como se les decía entonces, que los escogían, clasificaban por variedad o tamaño, y los empaquetaban en aquellos ceretos de madera, que D. Luis Barrera, con su camioncito Commer TF 6.653 los recogía los jueves y domingo de cada semana para ser transportados al Puerto de La Estaca, unos tenderos los mandaban para Tenerife y otros para Las Palmas, es de recordar que cada semana salían del Golfo varios miles de kilos de
duraznos, y que bastantes vecinos tenían en los duraznos un aporte muy importante a las economías familiares. Los de mejor calidad eran los de la zona de La Frontera, aunque también se daban bien en Tigaday y Los Llanillos, recuerdo sus variedades mas importantes, Palmeros, Melocotones, Mirollos, Negros y otros, todos ellos de exquisito sabor y excelente presencia.
Eran tiempos en que llovía todos los inviernos regularmente, prácticamente se cultivaban de secano y la muy temida Mosca de La Fruta no era entonces un enemigo muy a tener en cuenta.
Pero desde la década de los años cincuenta, comenzó la expansión de este insecto, primero estaba localizada más bien en las costas, más o menos a la altura de Aguanueva y Guinea, pero poco a poco, fue subiendo y hoy está presente en toda nuestra isla. Confieso que me consta que a tiempo no se aplicaron las medidas apropiadas para su erradicación o al menos para mantenerla a raya, y se recurrió al uso de agroquímicos, cada vez más agresivos, y que al fin de cuentas no resolvieron nada, a la vez que tampoco hubo el necesario control para su uso. Hoy ya nuestra isla toda está invadida por esta temible plaga, y en consecuencia el cultivo del durazno ha desaparecido casi totalmente. No han valido de nada las reiteradas advertencias que se le ha hecho a los organismos oficiales, cosas de la vida.
Para mayor calvario, otra nueva plaga está ya presente en nuestra isla y que ataca preferentemente a los almendreros y a los durazneros, es una especie de chupón, de cierto tamaño, como un piojo negro con gran capacidad de chupar de los árboles la sabia que circula por ellos, su nombre común CHUPON NEGRO DE LA MADERA y termina secando el árbol. Tampoco a esta nueva plaga se le está prestando la atención debida. Ya está presente en los almendros de El Pinar, en El Golfo, y yo lo padezco en mis durazneros de Tigaday y Aguanueva, también cosas de la vida.
apuntes para la historia, parece que me toca a mi defender las causas perdidas.
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