CALLES, PLAZAS Y SENDEROS. (IV) por María Elena Moreno.
- radiogaroecadenase
- 2 abr
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Actualizado: 3 abr
El viento huracanado se llevó un cartel clavado en mi muro, éste anunciaba la dirección de mi periódico digital y blog. Muchas personas lo vieron, pero la hierba lo ocultó, según iba creciendo y creciendo. Algunos que lo observaron de refilón pasaron de largo, otra persona me anunció que lo había visto, pero no me lo trajo. Hoy por la mañana, me acerqué a un Señor llamado Daniel, que formaba parte del equipo de la recogida y limpieza de las hierbas que bordean la cuneta. Le comenté que este cartelito existía y que si lo veía tras la retirada de rastrojos, y quería devolvérmelo, me lo dejara en la puerta, por favor.
Yo casi que no tenía esperanza de recuperarlo, pero cuando más tarde salí a hacer una diligencia, el cartel apareció allí.
Carcomido y maltrecho por los golpes que le atizó el viento, lucía sereno, diciendo: ¡he regresado de la mano de Don Daniel!. Lo busqué y le dí las gracias.
Voy a reparar dicho cartel y lo volveré a colocar, pues ahora tiene el valor añadido de haber sido hallado por unas buenas y profesionales manos, que me lo retornaron. Personas así, saber que existen, a mí por lo menos me dan ganas de vivir.
Comienzan a brotar las primeras flores de los jardines, pero hay unas que sólo han necesitado el agua de lluvia, para surgir con sus tonos brillantes y alegres: las amapolas. Bien es verdad que lo más bello y preciado cuesta poco dinero y trabajo. No podemos vivir sin el aire y es gratis (de momento).
Hablando de otra cosa, me encontré con un amigo experto en programas y programador informático que hacía años que no veía, después de hacerle preguntas muy discretas y nada ofensivas, le comenté un caso muy curioso. Le dije que poseo una impresora que fue comprada en rebajas, era un prototipo, lleva trabajando conmigo más de diez años, y a cada momento, la firma que la fabricó sabe a distancia que sigue funcionando. No paran de mandarme actualizaciones que yo no pincho por si acaso. Ahora cualquier aparato lleva implícito un dispositivo que lo hace morir aproximadamente en dos años.
Mi amigo puso cara de pócker, debe ser que no ha procesado este tema en su cabeza, o que cambia muy rápido de ordenadores.
Me pasan cosas muy atípicas. Me parezco un poco a esa impresora, soy apañada, práctica, resistente e invisible de toda la vida, nunca he ido a la moda, siempre fui un caramelo que nadie quería desenvolver. ¿Asustados/as?

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