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¡COMO UN MILAGRO! por María Elena Moreno

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«Yo quiero estar contigo», es la frase identificativa y la base del punto de partida. Hoy, como un milagro, y cumpliéndose el vaticinio de los científicos que estudian el eclipse de una Luna color rojizo, salí de casa antes de las siete y me encontré con el fenómeno de poder contemplar la Luna, que se ve en forma de eclipse, desde América y también desde Canarias. Algo insólito como lo son también los cambios que experimenta nuestra sociedad, donde todo está cambiando, no se sabe si para bien o para mal. Es en el modo de relacionarnos, donde más se notan estas tendencias. Se ha puesto de moda la agamia, algo que potencialmente desdibuja la infidelidad, a cambio de la libertad, y donde se lanzan los egoísmos desde el trampolín que conduce a la búsqueda del amor verdadero. Se dinamita a los pilares familiares de nuestra sociedad de siempre, en busca de la amistad amorosa perfecta, sólo que la escasez de individuos que saben amar, hace casi imposible fraguar los ideales del tandem perfecto. Sin embargo, existir, ¡existe!. Es en la élite de individuos, que casi siempre, figuran en los estratos más altos de nuestra evolución espiritual, donde se cultivan los sentimientos auténticos y donde se cambia el simple apego por la admiración, el deseo de compartir la vida y el afecto más profundo. Sólo que hay que saber elegir, conocer y discernir que la otra/s personas que estamos buscando, nos igualan, nos superan e incluso se sienten receptivas en esa continua carrera que emprendemos para poder desarrollarnos en la afectividad. Es cierto, que la manera ermitaña de vivir, cuando nuestra meta es el duo «Dios y yo», resulta para muchos la solución a estar a la deriva, pero el placer de conversar, comunicar e intercambiar nuestro concepto de vivir placenteramente, es la más tentadora de las emociones, por no decir la realización plena de nuestra vida real como humanos que somos. Una cosa no quita la otra y podemos experimentar la unión individual con el creador y la búsqueda del amor hacia nuestros afines. El llevar la misma línea de vibración, basada en las energías que se establecen cuando cultivamos el alma y las capacidades para entender nuestra propia finalidad, hacen que nos atraigamos unos a otros o que por ausencia de estos niveles, nos rechacemos.. Yo quiero estar contigo, en detrimento de las compañías vulgares, vacías, insulsas y anodinas. Yo quiero estar contigo, porque eres parte de mi mundo, mi complemento y mi alegría. Quiero dedicarte todo el tiempo del mundo porque ahora somos dos, que miramos, como decía Gibran Khalil, en la misma dirección. Artículo dedicado a la escritora PINO NARANJO

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