Si te haces mayor y no te sometes a la vulgaridad, terminas siendo un sibarita. Cuando envejeces, si has vivido y observado con atención, no hace falta que oigas, solo leyendo al que tienes delante puedes ratificar, que es mejor no perder tiempo, pues el golpe de la primera vista lo simplifica todo. Siempre me arrepentí de no hacer caso de la primera impresión. Pero si esta primera impresión no te ha informado de mucho, si eres un poco masoca y le dedicas tu tiempo a lo que Robert J. Ringer, en su best seller, consideraba un «hierbajo», pregúntate por lo menos, por qué te has boicoteado y has desperdiciado tu tiempo con él/ella. Da la casualidad que cada persona buena y deliciosa, suma cualidades, si no está fingiendo, y adorna su alma con su preciosa personalidad. Pero al revés, el «basurilla» con su verborrea, su envidia y su codicia, ya está definido casi de por vida. A ellos puedes decirles que estás escondido en tu cueva por culpa del calor. No entenderá que te guste leer, cuidar tu jardín, orar, limpiar, etcc. El hierbajo chapotea en los charcos, bebe en los bares y critica por las esquinas. Pero yo no soy nadie para juzgarle pues estoy muy alejada de la perfección. Lo que pasa es que en mi camino de superación, ya no me queda excesivo tiempo que gastar y necesito estos años, para terminar de realizarme un poco. Después de los sesenta, setenta, todo es regalado, o era después de los setenta y cinco…No sé, dependerá de la genética de cada uno. Lo que si está claro, es que hay días que huelen a muerte, y son los días grises de calima, los muy nublados donde no tenemos sol, así como también los que todo lo calcinan, los días llenos de miasmas y virus, y los días accidentados que son los que señala Dios con el dedo, para eliminarte del mapa. El es el que manda..! De momento yo sólo contemplo espectáculos de cálidad, donde se hace buena música, donde no se sobreactúa, donde hay guapos carismáticos y estrellas en general. Me he hecho muy selectiva. Ya lo dice la palabra espectáculo o digno de mirar.
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