

El rico tiene la santidad de la limpieza, el oropel, lo ostentoso, lo pulido y lo que se deshincha por fatuo y vacuo. El pobre es malo porque se queja, porque demanda, porque es malo de mirar y porque estorba. El rico es santo porque se viste de gala y come todos los días. El pobre es malo porque sufre la amargura del hambre y se vuelve agresivo. El rico es santo porque se informa y es maestro de la representación y la hipocresía. El pobre es malo porque la verdad de él está a la vista.
Comments