CRÓNICAS PRETÉRITAS
Por Donacio Cejas Padrón
LOS PARTIDOS POLÍTICOS ESTÁN DIVIDIENDO
ESPAÑA EN TROZOS COMO SI FUERA UNA TARTA, UN QUESO, UN PASTEL APETITOSO.
Quizás sea momento para recordar aquella frase de Jesus momentos antes de su calvario “ Se repartirán mi túnica” refiriéndose a los que pronto lo subirían a la cruz. Si nuestra patria pudiera tener voz lanzaría al Cielo la misma exclamación de dolor y sufrimiento que pronunció Jesús.
La España Inmortal y Milenaria, herencia sagrada de varios pueblos y culturas hasta culminar en una gran nación que nos legaron nuestros antepasados, está siendo víctima del descuartizamiento por parte de quienes han tenido el deber de conservarla y mejorarla y a su vez transmitirla intacta y soberana y legarla a las nuevas generaciones que están por llegar.
Pero lo más doloroso aún, es que este desmembramiento se está produciendo precisamente en época del régimen de libertades, de los partidos políticos, que siempre se vanagloriaban de ser los garantes de los logros conseguidos por los españoles, sus dirigentes se han olvidado del sagrado deber a que la historia los obliga.
Quienes por nuestra avanzada edad, ya hemos visto transcurrir ante nosotros a una buena parte de la historia de España, es posible que estemos empezando a dudar de las grandes bondades que este sistema político prometía a los españoles, ya no es tan seguro que así se lograran las metas de progreso y bienestar en paz, tranquilidad y sosiego que necesitan los pueblos para desarrollarse y prosperar.
Me hace recordar esta situación a una frase de Simón Bolívar, cuando se vió en su lecho de muerte traicionado y abandonado por los suyos, cuando dijo
“Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro“
Nuestros dirigentes políticos de la actualidad han colocado a España en una peligrosa encrucijada de muy difícil solución, ellos serán responsables ante la historia de lo que pueda suceder, de las consecuencias de sus apetencias y de sus egoísmos.
Otros países bien conocidos por nosotros, los de Hispanoamérica están sufriendo las consecuencias de situaciones parecidas, y que tuvieron los mismos comienzos, y que a tiempo fueron advertidos de lo que podía suceder, y que no hicieron caso entonces, y ahora imploran una solución venida de fuera, pues ya no tienen manera alguna de cambiar ellos desde dentro la situación política y social de su patria, y han visto en el exilio triste y doloroso el único camino para poder vivir en paz y tranquilidad.
Los españoles se están dejando llevar al precipicio, al abismo, en sus manos está tomar las medidas necesarias para que esto no suceda, de lo contrario algún día no muy lejano tendrán que lamentarse de sus indolencias. Lo mismo que le pasa ahora a los cubanos y venezolanos.
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