CRÓNICAS PRETÉRITAS
Por Donacio Cejas Padrón
Ha fallecido Tadeo Morales Cabrera ( Cheo)
En la mañana de hoy, ha fallecido en nuestro pueblo, un vecino muy estimado al que le conocimos como Cheo el del Ayuntamiento.
Tuvo Cheo una sola actividad laboral en toda su vida, ejerciendo desde los doce años sus funciones en El Ayuntamiento de La Frontera, al que ingresó en el año 1.946 y donde trabajó durante sesenta años, ocupando por largos periodos de tiempo el puesto de Secretario Accidental, hasta su jubilación en el año dos mil seis.
Tuve la suerte de conocer a Cheo desde los años de mi ya lejana niñez, pues la casa de mi abuelo en El Hoyo, es pegada a la que por muchos años albergó la sede del Ayuntamiento
y Juzgado, además de otras dependencias oficiales.
Viví mi infancia con la imagen sucedida a diario de cuando, cada mañana, un poco antes de las nueve, aparecía por la calzada de la escuela, la espigada figura de Cheo camino del Ayuntamiento, y como tenía reloj, sabíamos que era la hora para irnos a la escuela.
Cheo venía caminando desde Merese, y así por muchos años, hasta que por los primeros años de la década de los cincuenta del siglo pasado, se compró su bicicleta roja y blanca marca Orbea, con la cual hacía el recorrido con un poco más de comodidad, recorrido éste que debía hacer cada día cuatro veces, pues en El Ayuntamiento y Juzgado se trabajaba entonces en horario partido de mañana y tarde. Por el año 1.955, le compró a Eusebio, un joven emigrante de Merese retornado de Venezuela, una bonita moto, creo que su matrícula era TF 11.246, por cierto que como en el El Hoyo, pago donde funcionaba el Ayuntamiento, no había carretera, pero sí una calzada desde La Plaza, como su empedrado irregular no permitía el paso de la moto, entre Cheo y nosotros los niños del barrio, pactamos que si le hacíamos un pasillo en la calzada con jable de la montaña desde arriba hasta abajo, donde hoy está el estacionamiento de coches, nos llevaba en la moto a Tigaday. Eramos cuatro, pues dió cuatro viajes y se lo agradecimos en el alma, y después estábamos atentos cuando salía del Ayuntamiento y le decíamos que teníamos que ir a Tigaday a algún mandado, y él siempre nos llevaba, muchas veces era sencillamente por el placer de ir en la moto y después regresábamos caminando. Unos años después, adquirió su primer coche, un precioso Ford Falcon americano, cuya matrícula era TF 15.743, por cierto, que una vez me escribió a Venezuela solicitando unos repuestos para el citado coche, los cuales gustosamente le envié desde allá.
Entró siendo Alcalde D. Tomás Rodríguez Zamora, y Secretario D. Toledo, por cierto siempre me comentó, que como la mayoría de jóvenes de aquella época, pensaba marcharse para Venezuela, pero mientras tanto, él y su primo Adolfo, lograron que los dejaran venir al Ayuntamiento a aprender a escribir a máquina, único sitio donde había dos de ellas, después su primo Adolfo dejó de venir, y Cheo siguió, y a la vez se fue introduciendo también en labores de trámites administrativos, y viendo El Alcalde las buenas aptitudes que Cheo mostraba para desenvolverse entre papeles, le ofreció que se incorporara a El Ayuntamiento con un sueldo de trescientas pesetas mensuales, que para aquel entonces era un salario bastante apetecible, y Cheo lo consultó con sus padres y aceptó la oferta, convirtiéndose desde muy jovencito en funcionario del Ayuntamiento. Lejos estaría de pensar, que estaría ligado a ese trabajo durante toda su vida laboral, siempre me comentó las buenas enseñanzas que recibió del Secretario D. Toledo, que había sido militar durante la guerra y tenía grandes conocimientos en administración, a su vez también, siempre me mostró su agradecimiento al alcalde D. Tomás Rodríguez Zamora, por su generosidad para con él. Cheo me decía, que de todos los secretarios con quien le tocó trabajar, ninguno superaba a D. Toledo en conocimientos y organización administrativa, si mal no recuerdo, a éste secretario le sucedió D. Juan Cejas, luego D. Paco, después D. Tomás Quintero, luego D. Marcos González, seguido de D. Paco, y así hasta que emigré y perdí la cuenta. Trabajó con los siguientes Alcaldes, D. Tomás Rodríguez, D. Julio Ayala, D. Mauro León, D. Longino Morales, D. Eulogio Gutiérrez, D. Leonardo Armas, D. Cayo Armas, D. Isidro Armas, D. Juan Carmelo Padrón, D. Pedro Luis Casañas, D. Julio, cuyo apellido no recuerdo, D. Francisco Acosta (Quitín), D. David Cabrera, discúlpeme si el orden no fue como lo cuento, pues el tiempo ya nos va pasando factura.
Durante largos períodos, ejerció Cheo de Secretario, y lo hizo siempre con la mayor eficiencia y sabiduría, además que siempre estaba presto a orientar y ayudar a los vecinos en todo cuanto fuera posible.
Por algún tiempo también se dedicó a la fotografía, creo recordar que lo ocupaban en las bodas de los vecinos, pues tenía una bonita cámara fotográfica, seguramente única en el pueblo.
A mi regreso de Venezuela me encontré a Cheo como experto cocinero, especialmente de paellas en las fiestas y excursiones al mar, todos recordaremos siempre sus grandes comidas tan deliciosas que ofrecía a sus amigos.
Se casó Cheo con nuestra querida amiga Maruchi, natural de Isora que vino a vivir a Merese, haciéndose desde joven una vecina muy estimada y considerada en el pueblo, donde sacaron adelante a sus hijos, sencillos herederos de las virtudes de sus padres, ahora les toca a ellos ayudar a su madre en el duro trance de la partida de Cheo, y a nosotros sus vecinos, seguir mostrando a Maruchi el afecto y cariño que le tuvimos a Cheo y que ella también se merece.
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