
La tragedia del fuego no es sentencia, pero interrumpe planes y progresos. No es sentencia, pero siega vidas y le cambia la planilla al creador. El desamor no es veredicto pero mata poco a poco…igual lo hace la manipulación, el desapego y lo falso. La mano irresponsable, la mano tibia que no educa. ¡Sí, rie la burla! y se llena de hipocresía el aire de quienes desechan el tiempo que no vuelve… El ocio que sustituyó a la dedicación apasionada. El caos no es sentencia, pero huele a malas intenciones, a involución y a crimen hacia lo inocente. ¡Sentencia! el que ignora, el que desprecia y abandona. Manda al patíbulo quien no profundizó, quien pasó página en un caso que clamaba al cielo, quien no se conmovió y quien dejó la felicidad a un lado y no se la bebió, ciego de egoísmo. ¡¡Adiós!! Todos estamos sentenciados, pero no cuando quieras tú, fantoche de la vida, caricatura de lo que no debiste ser, dedo de Nerón con con alma de gusano. Hacedor de circo industrial de santos. Te ilusiona sentenciar pero llevas el rictus de lo pasado de moda,de lo rancio, del estigma degenerado y atroz.
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