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LA SUBIDA AL CEMENTERIO

  • radiogaroecadenase
  • 28 mar
  • 2 Min. de lectura



                             CRÓNICAS PRETÉRITAS  

       

                             Por Donacio Cejas Padrón


 LA SUBIDA  AL CEMENTERIO DE FRONTERA, UN ASUNTO  QUE NECESITA

UNA SOLUCIÓN.



Todos conocemos la necesidad de que la subida al Cementerio de Frontera  necesita 

una solución lo más urgente posible, las autoridades insulares y municipales seguro

que estarán  estudiando la manera de resolver la situación. 


La ubicación del cementerio  ha sido considerada siempre la más idónea por las características muy especiales que estos recintos sagrados necesitan, pero la verdad es que ya a estas alturas hay que ir tomando conciencia de que las vías de subida y bajada, 

claman  un estudio y una obra que facilite el acceso al sagrado recinto.



Creo recordar que hace unos años se tuvo la idea de proyectar una entrada horizontal, en sentido Este-Sur, es decir desde la parte baja de Los Corchos, en las inmediaciones de Casa Blanca, con salida hacia El Roque Blanco, hasta empalmar con la Carretera General de Valverde a Frontera, a la altura de La Oliva. No me consta esta iniciativa y nunca supe de verdad si tuvo  algún fundamento.


Los tiempos actuales, supongo que harán necesario un espacio físico suficiente para el aparcamiento de vehículos, naturalmente en las inmediaciones del propio cementerio, la verdad es que no me siento capacitado para  dar ideas ni orientaciones al respecto, lo que sí me parece oportuno, es recordarle a nuestras autoridades la necesidad de emprender alguna acción que  resuelva la actual situación.


Visité por primera vez el cementerio en el año 1,951- 2 como monaguillo, única manera en que los  niños estaban autorizados a subir allí, y oficiaba como sacerdote  el párroco D. Antonio, y si mal no recuerdo, fue con motivo del fallecimiento de Dª Lola, la esposa de D. Ramón Méndez, entonces los entierros eran en la tierra.


Unos pocos años después, creo  que en 1956 se construyeron los primeros nichos, y fueron ocupados por primera vez por los vecinos Dª Nemesia de La Laguna y  D. Juan José de Los Mocanes, también creo recordar que su costo era de mil pesetas.


De ahí para acá todos los vecinos fallecidos fueron colocados en los nichos, y muy pronto hubo de construirse otro grupo de ellos.


APUNTES PARA LA HISTORIA 

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