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LOS JUEGOS INFANTILES

  • radiogaroecadenase
  • 25 mar
  • 3 Min. de lectura

                      CRÓNICAS PRETÉRITAS


                       Por Donacio Cejas Padrón



LOS JUEGOS INFANTILES DE NUESTRA ÉPOCA EN FRONTERA



En días pasados, en una tarde de descanso, se me vino a la mente la estampa de los numerosos juegos infantiles que los niños de mi época compartíamos, tanto en La Plaza de Candelaria, como en La Cruz de Las Lapas y sus alrededores, mientras esperábamos que se abriera la escuela, y me propuse escribir una pequeña  crónica sobre el particular.


Hasta mediados de la década de los cincuenta, el fútbol no se conocía en Frontera, el deporte  que se practicaba era la lucha canaria, tanto en mayores como los niños, se estilaba luchar unos pueblos contra otros, pero sin la constitución de equipos, eso vino unos años más tarde de la mano de D. Francisco Acosta Quintero, aquel ilustre isorano que tantas enseñanzas impartió por muchos años a centenares de jóvenes. Creo recordar que fue D. Francisco el primer Delegado  Insular de La Federación Tinerfeña de Lucha.


Los juegos que los  niños practicábamos era, el Calimbre, la Viga, la Piola, el Juego del Trompo, el Juego del Boliche, y como aficiones más frecuentes, la caza de lagartijos con balangos o espintaderas.

La búsqueda de nidos de pájaros y cernícalos, la Rueda, y el juego con carritos, muchas veces construidos por nosotros mismos, nos gustaba también, por estas fechas, ir a buscar Mocanes al Monte, esos diversos entretenimientos ocuparon los primeros años de nuestra niñez. 


Al venir el cura D. José Segura, en 1,954,  natural de Bañaderos, y gran aficionado al fútbol y fanático de La Unión Deportiva, ya por aquellos tiempos, en Primera División, nos compró un balón de reglamento y empezó a enseñarnos a practicar el fútbol. Formó tres equipos, el San Lorenzo, el Candelaria, y el San Fernando. Nos regaló el equipamiento de los tres equipos, a mi me tocó en el San Lorenzo, con camisa amarilla y pantalón azul, y los domingos por la tarde, organizaba un partido entre dos de los tres equipos. 


Por esos tiempos en Valverde hubo un movimiento similar, entre los militares del acuartelamiento, varios empleados de la empresa Entrecanales que está construyendo el muelle, y jóvenes de Valverde. Se formaron tres equipos de fútbol de adultos, el Estrella, el Valverde y el Armiche, y los domingos había partido de fútbol en el Campo de San Juan. Recuerdo, que en el Estrella jugaban Ricardo Puyol el Practicante, y Antonio Pérez Cabrera de Tigaday, conocido cariñosamente como Perejil. Tanto Ricardo como Antonio tenían  sus motocicletas, y ello les permitía desplazarse los domingos por la tarde a Valverde.


También allí en Valverde, se formaron tres equipos  con el mismo nombre, y algunas veces en el camión de tío Mauro, que nos trasladaba hasta Valverde.  D. José, el Cura, concertaba algún encuentro entre nosotros los de El Golfo, y algunos de los equipos de La Villa.


Creo recordar, que también por esos tiempos, se formó un equipo en El Mocanal, y otros en San Andrés y en El Pinar. Ya había algún aparato de radio en El Golfo, y en otros pueblos, y ello permitía seguir los domingos por la tardes los partidos que se radiaban, y que poco a poco fueron  introduciéndose en la vida de nuestro pueblo.


Le costará bastante a las generaciones del presente, tan dados al disfrute de tantos adelantos y comodidades, entender cómo era posible vivir, en pueblecitos prácticamente aislados, sin luz ni agua, ni periódicos, ni cines, ni médico, casi sin carreteras, y con apenas caminos peatonales de difícil tránsito, para las bestias de carga y los ganados, casi sin tener noticias de lo que sucedía en otras islas o en España y el mundo…, pues se vivía con naturalidad, con las carencias que la situación imponía, pero se disfrutaba de los recordados bailes en los casinos, pendientes también de las noticias  que traían de Cuba y Venezuela los emigrantes retornados, que nos contaban maravillas de la vida por allá, y ya desde niños alimentaba en los adolescentes  el deseo de emigrar a aquellos países que a tantos y tantos canarios acogieron con generosidad.


Hoy el camino es a la inversa, y son los  naturales de aquellas tierras los que están poblando nuestros pueblos y ciudades, produciendo un mestizaje  que ya se va notando en el conglomerado social y humano de las sociedades, y son ellos los que dan crecimiento vegetativos a estos pueblos . 


ASÍ



SE ESCRIBE LA HISTORIA

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