Mi prima se ha pedido una excedencia para buscar pareja, me lo dijo en una cena de cumpleaños, después de que brindáramos, según ella, con la copa de la soledad. -Yo no estoy solo- le dije.-Bueno yo no lo digo por ti, me contestó. – ¡Es que me parecen todos tan vacíos y melancólicos! Entonces le dije:-Carmen, ya que has empezado, termina el cuento, a ver ¿por dónde vas a empezar? -Melvin, no me lo vas a creer, pero he encontrado una pequeña libreta, un manuscrito de mi abuela, donde escribía recetas de cocina y un montón de medidas de sus familiares, alto, cintura, cadera, sisa, espalda, etcc. Y al final de dicho cuaderno ¡zas! un manual de como encontrar marido, y no sé cual fue su motivación al escribirlo, si era para adiestrar a sus hijas o lo copió de una revista, el caso es que me entró un ataque de risa, temblaba de la excitación y me lo lei en dos minutos, ahora está en mi mesilla de noche a ver como lo puedo desarrollar… -¡Adelántame algo Carmen, me muero de curiosidad! -Pues viene a ser así como, que hay que descartar a los hombres de muchos amigos y de muchas horas perdidas con ellos en los bares, los juegos y el fútbol. Además, apartar a los que le dan demasiada importancia a la moda y el físico, o tener un buen aseo y decoro personal, nada más. Por supuesto ni hablar de los «guapitos narcisistas». Lo que de verdad una mujer debe buscar es una acusada personalidad viril, la cual conlleva aplomo, respeto hacia la mujer y por supuesto dominio personal para no agredirla ni física, ni verbalmente. Que sean fieles y sepan amar y no solo dejarse querer, que le guste compartir el tiempo libre con su pareja….Melvin, ¿te estoy aburriendo? -No, me estás sorprendiendo, de que a estas alturas creas que puedas encontrar a tal dechado de virtudes, te sobra fe y te falta realismo, ¿hay algo más? -Sí, que se mantenga por sí mismo, que sea detallista, generoso… -¿No pides mucho, prima? -Es que si no es así, no me compensa, pues yo estoy dispuesta a darlo todo…
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