
Todo nos va a influir, desde caer en la irresponsabilidad, suprimir prestaciones, bajada de la calidad, soluciones a la desesperada, etc. Van llegando a mis oídos las chafalmejadas que provocan las crisis como efecto secundario. Los ambientes cerrados oliendo a gas butanoide, como consecuencia de la subida de combustible se ahorra en el aire acondicionado. El acercamiento de personas que buscan la amistad interesada para solucionar sus vidas. Los alimentos llenos de sal y aditivos que saben a química, la manipulación masiva y la interposición por la fuerza…Si seguimos, no acabamos de enumerar las consecuencias de la respuesta caótica ante el desorden de los tiempos que nos han tocado vivir. En la era de la protección medioambiental y la valoración a los productos ecológicos, nos enfrentamos al temor a salir disparados al lomo de misiles y cañones. En la época de la observación nítida del espacio interestelar, el planeta está sucio de contaminantes industriales vertidos en nuestras aguas, sigue habiendo cazas furtivas e incendios provocados o inducidos por la ineficacia de la prevención. En nuestra vida presente, y con la ideología de llegar a la máxima espiritualidad, la frivolidad de los harapos a la última y el derroche de nuestro tiempo vital en busca de la elegancia y la juventud pasajera, priva, sin reflexionar ante la llegada inefable del acartonamiento y la vejez, total, para irnos a la caja de pino tarde o temprano, y las ambiciosas tribunas, contrastan con la hipocresía de los grandes eventos del marketing de las emociones, que como pompas de jabón, nos alejan cada vez más de la humanidad más compasiva y sencilla. En los tiempos modernos, no puedes interesarte por nada sin ser interrumpido constantemente, por la propaganda agresiva, nos agobiamos con el desenfreno de la competitividad, y los grandes líderes religiosos y políticos, no se rasgan las vestiduras y siguen desayunando doble, mientras que la infancia más vulnerable del planeta agoniza ante nuestros ojos. Somos indignos, ¡realmente necesitamos una nueva redención!.
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