NINGÚN DÍA DEBERÍA…por
- radiogaroecadenase
- 23 ene 2017
- 1 Min. de lectura

Ningún día debería ser un día desperdiciado Tu día, cada día te da muchas indicaciones. En cada situación el día nos quiere explicar qué deberíamos cuestionar y superar. Él, el día, tiene buenas intenciones para con nosotros. Nos advierte oportunamente. Todo, absolutamente todo es energía, todo lo que parte de nosotros es energía, que se graba según los contenidos positivos y negativos de nuestra forma de pensar, hablar y obrar, y que en algún momento regresará a nosotros en forma de porciones. Por tanto, lo que hemos grabado en los muchos, muchísimos días de nuestra existencia terrenal, lo negativo y lo positivo, forma parte de nuestro devenir como personas, o de nuestro camino como almas después de nuestra muerte física. El día, nuestro día, es un buen amigo. El Espíritu de Dios, de nuestro Padre siempre procura hacernos reconocer a tiempo a través de nuestro día, lo malo que hay en nosotros, para que lo superemos antes de que irrumpa en nuestro cuerpo físico como una enfermedad o un golpe del destino, o a más tardar en el almatras la muerte. Se trata justamente de lo que los seres humanos solemos calificar como una vida marcada por el destino. Cada día se nos anima a reconocernos en las situaciones negativas y aprender de ellas, con el fin de conducir nuestro devenir a los cauces de una vida más espiritual, menos orientada a lo mundano, de modo que nuestra alma tenga ante sí una «ascensión a los cielos» tan pronto como abandone su envoltura, el cuerpo humano. José Vicente Cobo Del programa: “La vida que yo mismo escogí”, que se emite por Sophia TV América www.radio-santec.com
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