El avaro guarda, pero se somete a sí mismo,también a la pobreza,para seguir acumulando dinero. Sin embargo el mezquino, se permite para él los gastos que le apetecen, más cuando se trata de invertir en hijos, agradar a la pareja o donar dinero a la beneficiencia, siempre se queda muy corto. Relacionado con los demás, bajo el prisma de la contabilidad doble, ni siquiera tienen claro el sistema de reciprocidad, y los que optan por quedarse a su lado, duran poco, pues cuando han cumplido o más bien no han cumplido sus objetivos, sintiendo una situación de estafa emocional, le abandonan. Jamás le amarán, pues el amor humano, filial o amistoso se basa en el placer de unas relaciones generosas que enganchan afectivamente. Creemos que nos aman de verdad, cuando hay entrega y generosidad, haciendo asimismo lo propio con quienes amamos. Hay instalado en el corazón del mezquino, un programa genético que lo hace simple, envidioso y que lo lleva a la mediocridad. Más bien es que carece de una genética evolucionada propia del super hombre de ahora, que perteneciendo al homo sapiens,sapiens,sapiens, posee además una armonía interior que se trasluce en evolución y dándose los primeros indicios como por ejemplo en los santos, y que llegará en su día en una nueva civilización. En el presente, asistimos a una ligera involución. La mezquindad nunca se da en una psicología brillante, que enamora y conquista para siempre. Tampoco debe confundirse el mezquino con el ahorrador, pues este último, no practica el ahorro en detrimento de los otros. Sea guapo o feo, sus facciones se van transformando con el rictus del gilí, la inteligencia se le va mermando,pues está condicionada al desgaste de energía que intenta «ahorrar» incurriendo en la flojedad y las cortas miras. Solamente podrá convivir con alguien muy parecido, o alguna persona que siempre le estará recordando su desagradable condición. Y por supuesto,el enriquecimiento como pareja quedará «truncado por una o ambas partes» cosa que existe y se da muy habitualmente, no siendo sujetos a tomar como ejemplo. MELVIN ZAMORANO
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