EL FRÍVOLO/LA De acuerdo, que el status es importante, y que el ser humano debe vivir holgadamente, para poder atender a las demandas de sí mismo, de su familia, y poder también dejar un tiempo para, a rienda suelta, alimentar la creatividad. Esto se consigue con trabajo diario y constancia. Pero he aquí, que el frívolo se salta los esfuerzos personales y el vivir en el más puro realismo, cambiándolo todo por el asalto a las personas que él/ella cree que son poderosas, que tienen carisma y se pegan a ellas como lapas, resultando más pegajosas que un chicle derretido en el asfalto, de manera que los individuos llegan a pensar que tienen un amigo donde solo hay un frívolo interés. El superficial carece de criterio propio y solo respeta dinero y poder. Es capaz de cometer los peores actos de crueldad y desprecio, ante aquellos, que están convencidos de que no les sirven para nada, pues no tienen renombre, fortuna y riquezas. Están en cualquier parte, como las moscas, y se les desenmascara cuando se les ofrece la cara de la debilidad y se les pide alguna cosa que a ellos les huele a fracaso, o se les invita a colaborar y esforzarse en una buena causa, en este momento ponen excusas y abandonan, para salir corriendo detrás de los más populares y triunfadores del momento. Cuando se les aupa y se les encumbra no agradecen nada, sino que poco a poco detrás de su propio ego pronuncian las palabras ¡Me lo he ganado por mis propios méritos! y eso es falso, normalmente brillan por su mediocridad y su falta de humanidad, a continuación pasan a morder la mano que les dió de comer como las fieras más pleistocénicas y si no… ¡y si las fieras eran mejores..! El frívolo es un adulador en los buenos momentos y un apuñalador por la espalda cuando el que los aupó cae en desgracia, es despreciativo, memo, y tiene cara de gilip…En fin son muchos y debemos observarnos, a nosotros mismos, para no caer ni por asomo en un cierto parecido… Tienen amor desmedido a los viajes, las joyas, los yates y la buena vida, llevan mal los sacrificios personales (huyen de ellos)y en la madurez y sobre todo en la vejez recogen los frutos vacuos y podridos que han sembrado. Les gusta destacar en el vestir, gastan en perfumes y en accesorios, pero no pueden evitar que el alma les huela, para que me entiendan, a fosa séptica. MELVIN ZAMORANO
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