Desde que me abrí al mundo y fue a edad temprana, me interesé por todas las ciencias que hoy se denominan de «autoayuda». Escritores de Best Seller apuntan a como vivir aventajadamente, según sus propias experiencias, pero sin duda hay quienes sin llegar al éxito total, recorren el mundo con sus libros, dando sus conferencias y cada vez localizo a más hombres y mujeres de todas las profesiones, que contrarios a los no creyentes, escriben, graban y publican sus reflexiones para el bien de la humanidad y de los que tienen Fe. Empresarios, médicos, científicos, filósofos, grandes estrellas del cine y la canción y sobre todo los que regresan de un coma al borde de la muerte, escriben y revelan al mundo sus tratados y vivencias paranormales que hacen correr ríos de tinta. Contrariamente, los que tienen miedo al ridículo o a aparentar debilidad, también los que se creen muy inteligentes, niegan al creador, dicen que no hay Dios, que no existe nada. Aquellos que tienen fe y esperanza, enfocan a Dios, como un ser inteligente, omnipotente, que permanece oculto, o un Dios que envía a sus profetas para revelarnos su poder y su amor. Otros lo ven como una energía muy potente que se encuentra en todas las cosas. Pero de lo que no hay ninguna duda es de que tanto los unos como los otros, se debaten en su búsqueda. Unos para adorarlo, otros para negarlo. Jesucristo, la viva imagen de Dios en la tierra, se cree que no escribió nada. Pero son muchos los profetas que han dedicado mucho tiempo a anunciar su llegada, apóstoles a dar testimonio escrito de su vida, investigadores que aún hoy en día siguen su rastro, pero sobre todo a dar a conocer el legado, el fruto de sus pensamientos acerca de la otra vida. Unos creen en la reencarnación, otros quieren solamente formar parte del cuerpo místico de Dios, otros sólo se interesan por ser bien vistos a sus ojos y se abandonan, sin tener una idea clara de lo que será cielo prometido. Ahora viene la interpretación de los verdaderos sabios, ellos tampoco suelen escribir demasiado, más bien llevan en secreto sus buenas acciones y son muy felices en su manera de contemplar la obra del altísimo. Les delata su alegría interna, su paz, su amor y la total ausencia de codicias. Todos esos ríos de tinta consiguen casi nulos resultados, si los comparamos con lo que sucede en una sola alma que cultiva el amor puro. Ese rayo milagroso trasciende a la dimensión que no ven los que siguen ciegos, esa luz es la energía que todo lo trasmuta, aquello que viaja al primer origen formando parte de la Llama Divina.
radiogaroecadenase
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