Se unieron dos pueblos en un acto cultural-musical y actuó Dilay Acosta, la artista herreña, que brilló en el escenario durante sus dos actuaciones en las que enamoró con su naturalidad y potente voz. Seguidamente, se inició el concierto del grupo Hijos del Silbo, procedente de La Gomera. El evento llamado Noche de Estrellas, se celebró en la plaza de Tigaday, con la asistencia de un amante público que conectó, inmediatamente, con el ritmo y la calidad de los músicos. Un teclista, un percusionista y dos guitarras, cantaron los cuatro, a la vez que tocaban todo un variado repertorio con un estilo muy propio, donde se entremezclaron tonos andaluces, canarios y caribeños, convirtiéndolos en un pop lleno de aires actualizados y apasionada vitalidad. Me levantaron los pies del suelo la buena sincronización instrumental entre tonos melódicos que armonizaban con un ritmo africano, frenético a veces, que me enervaban una y otra vez. Haré mención especial a sus voces aterciopeladas de coro de jóvenes cantantes, que se complementaban, logrando un efecto coral, entrecortado por colores de blus, jazz y tambores de cajón y platillos, que llamaban al combate étnico de nuestros tribales corazones, que lo fueron una vez, en los amaneceres del hombre. Organizado por el AYTO DE LA FRONTERA, colaboró el CIT, Viajes Insular y contó con la excelente empresa de sonido Son-Art, dando como resultado una noche de espectáculo donde lo pasamos muy bien. La presentadora y las palabras de D. Tomás Mueller, vecino de Los LLanillos, muy implicado en el mundo de la cultura, hicieron alusión al maravilloso escenario al aire libre, respirando el aire nítido y un cielo plagado de estrellas.
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