Los comerciantes de los puestos de venta de los periódicos de siempre, los impresos en papel, dicen adiós sin una despedida. Los periódicos y páginas web que informan a través de internet están supliendo a los insustituibles periódicos de toda la vida. Ellos, sus vendedores en estancos, bazares y librerías, alegan que la recogida trabajosa, las devoluciones, recaudación y justificación post – venta, les han sobrepasado en relación entre trabajo y los beneficios, así es que la búsqueda de un periódico en la isla, supone un periplo sin fin y un objetivo casi imposible. Ya, los turistas de los hoteles se privan de los jornales doblados al lado del desayuno, Los columnistas se dejan de leer, las publicidades ya no se meten subliminalmente en tu cabeza, en fin ya no están ahí para su reciclaje de papel, ni para limpiar los cristales, ni para cubrir los suelos cuando se pintan paredes, ni para hacer manualidades, convertidos en pasta para hacer muñecos u otras creaciones, Ya no están!!!, ahora tendremos que reinventarnos y buscar otras salidas a su inexistencia. Las Editoriales han indemnizado y despedido al personal que sobra en los trabajos de esta tradicional forma de imprimir, ya no trabajan en ello, pero y ¿a los lectores quien los indemniza?. Ellos, los periódicos de papel se utilizaban para guardar el calor, para mantener temperaturas en los recipientes donde se guardan los alimentos, e incluso un célebre escritor español que no nombraré por la ley de privacidad, aunque sé que lo dijo públicamente, pero puede protestar algún familiar o amigo. El decía, que «debajo de las chaquetas y jerseys, se colocaba periódicos, y así acudía más calentito al café Gijón de Madrid a conversar con otros intelectuales, artistas y escritores de su época. Yo, como amante que soy de sus mil usos, ya no podré recortarlos, ni coleccionarlos, ni utilizarlos, así que me he quedado conmocionada y muy triste por esta irreparable perdida de distribución en mi isla de El Hierro.
radiogaroecadenase
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