Pronto llegará la primavera, pero una nube que proviene de estratos invernales prevalecerá ensombreciendo nuestros sueños. Vendrán días soleados, crecerán las flores y se iniciarán las fases de reproducción en toda la naturaleza. Pero los seres humanos tendrán sus sueños en hibernación. Por mucha fuerza, energía, deseo y vibración que proyectemos, hay imponderables que nos invitan al paréntesis en donde tendremos que alojar nuestras ilusiones y proyectos. Hemos puesto el freno a los anhelos del mañana, nos hemos situado a la cola del despacho de nuevas esperanzas. Posponemos nuestros ideales que se fraguan en hechos y realidades que están por llegar. Los frutos que esperábamos que llegaran a nuestras manos por la siembra del amor, quedan postergados a un porvenir que aún no tiene fecha, que no figura en el calendario virtual de nuestros deseos incumplidos. Los muros que contienen el normal fluir de nuestras vidas originales son de índole microscópico y se visten de enfermedad. Otras barreras provienen de la desigualdad económica, de la incomprensión, de la manipulación, de la codicia hacia el poder y el dinero. Vienen de la fatuidad, del engreimiento, de la mediocridad, de la falta de empatía, de una incomprensible involución en el presente de los seres humanos. Pero tú, lector que posas aquí tu mirada recuerda que estar en hibernado no significa recluido, estar en espera no significa destruido. Tener el barco de vela en calma chicha no significa caer en la desesperación. Paciencia, paciencia es la virtud de los sabios..
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