Es muy frecuente, que la manera de expandirse de ciertos núcleos comerciales, ya sea incitar a la competitividad, para que te veas en situación de inferioridad con respecto a otras personas, ya sea que tomes decisiones que crees necesarias para obtener esto o lo otro, y eso te lleve a seguir costumbres o comprar objetos que no necesitas. Pero lo peor es además, invertir el tiempo en actividades que se ponen de moda y que intentan bajo todo tipo de seducciones y técnicas subliminales, influirte para que pierdas tu dinero y gastes todas tus horas sobrantes del día en ello. Estoy a favor de la publicidad, siempre que sea diáfana y honesta. Un buen producto, una vez que cala en el mercado, apenas necesita de impulsos sofisticados y engañosos.
Me he visto en muchas ocasiones envuelta en competencias ridículas, que han tocado mi amor propio, y ¡de repente! me he frenado, porque me he dado cuenta, de que corría hacia ese objetivo que no era para mí, que no era yo y que no lo había elegido entre mis prioridades. Era en ese momento, mi dilatado "ego" el que no veía claro y se convertía en mi mayor enemigo.
Afortunadamente, volvía a brillar en mi cerebro la cordura y dejaba de correr, detrás de cualquier producto, diploma basura, o persona que intentara seducirme en vano. Entonces, una voz me decía, pero idiota ¿y tu vida qué?. ¿Vas a dejar tus deseos más genuinos, tus metas más altas y tu verdadero yo, a expensas de quien te marca una mediocre pauta o te intenta manipular con toda clase de subterfugios.? Vas a dejar que el rio te bote cascada abajo?
¿ Y mi vida qué? ¡Frena, frena ¡Por Dios...!
Traduce palabras, escruta pensamientos, lee entre líneas, medita, reflexiona. Eres tú la que toma decisiones o es una fuerza invasora no identificada.
No es fácil pensar con lógica, cuando te miras en el espejo de la vanidad, de la adulación, de las modas y del markequetin desenfrenado.
¡Y mi vida qué...?
Comments